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Hablemos del coleccionismo

14 de Junio de 2021

El coleccionismo está presente desde que somos pequeños, simplemente recuerda que había algo nuevo qué conseguir o intercambiar en el patio del recreo. Ya sean los juguetes de los cereales o las cajitas felices de McDonald’s, tal vez los tazos o las estampas del álbum de moda. 

Y esta afición muchas veces no sólo se queda en la infancia, sino que muchos adultos disfrutan coleccionando muñecas, carritos miniatura, libros, LPs, monedas y cualquier cosa que exista en el mundo.

Aunque no lo hayamos hecho conscientemente o como un hobbie continuo en nuestra vida, parece algo innato el conseguir cosas.

Todo debido a que nuestro cerebro necesita marcarnos unos objetivos a conseguir, muy similares a los propósitos que hacemos para Año Nuevo, los retos que nos marcamos para correr una maratón o el prepararnos concienzudamente para escalar hasta la cima de una montaña, entre otras metas.

En todos esos casos, la recompensa que recibimos al conseguirlo nos resulta altamente placentera. Esto se debe a la condición del ser humano como explorador que hemos heredado de nuestros ancestros.

Hoy en día vivimos en la sociedad del bienestar, donde casi todo ya nos viene dado o es muy fácil conseguirlo (más allá de nuestras posibilidades personales), pero nuestros antepasados, sobre todo los pueblos nómadas de la antigüedad, estaban en un continuo proceso de búsqueda: dónde cobijarse, qué comer, con quién tener descendencia. 

Día a día tenían nuevos retos de supervivencia que debían superar. Todo eso quedó grabado en nuestra herencia genética. La mayoría de nosotros no tenemos necesidad de jugarnos la vida para poder comer, cubrirnos de las inclemencias del clima o luchar por tener descendencia. 

Por tal motivo nuestro cerebro necesita experimentar la sensación de buscar y encontrar, lo que nos aporta un chute extra de dopamina, el neurotransmisor responsable de nuestros estados de alegría, bienestar y placer.

De ahí que los coleccionistas se sientan tan satisfechos cuando encuentran un objeto único. Muchos psicólogos explican que muchas colecciones no tienen valor monetario, sino emocional, lo que permite al coleccionista revivir recuerdos o conectarse a un periodo o tiempo específicos. De igual forma, muchas colecciones ayudan a aliviar ansiedad e inseguridad de perder una parte de sí mismos.

Y es una manera muy usual de proporcionar seguridad psicológica, además de que si se coleccionan ciertas cosas que tienen un público coleccionista muy amplio, es básicamente una inversión a largo plazo.

 

FOTO: Adobe Stock


Autor

Nora Morales

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